Después de 4 meses vuelves a irrumpir en mi vida así como así, de repente... Sin ningún tipo de consideración me dices todas esas cosas que deseé escuchar cuando lo dejamos, cuando por fin decidí no sufrir más y te dejé.
Después de 4 meses, cuando ya pensé que lo tenía todo más que superado, has llegado como un ciclón y has hecho que tiemblen los cimientos que creí que ya ni siquiera tú podrías derrumbar.
Eres un egoísta y yo, por más que me pese, la misma de antes... Tonta e insegura. Una vez más, has barrido de un plumazo el esfuerzo que he empleado en todo este tiempo.

Ahora que por fin empezaba a estar tranquila, a disfrutar de mí misma y hasta de otra persona. Es ahora, cuando parece que sabiendo que es todo real, decides actuar.
¿Cómo pretendes que vuelva a creer en ti si ya, ni tan siquiera soy capaz de volver a inventarte? No puedo olvidar y lo sabes. Han sido demasiados errores y lo hemos pagado demasiado caro.
Es cierto que me gustó oír, por fin, de tu boca, que no puedes evitar comparárlas conmigo y que a todas y cada una de ellas les falta algo de mí...
Te advertí, te dije que algún día aprenderías a valorarme y es una pena que no aprendieras a hacerlo antes, porque si lo hubieses hecho desde el principio, estoy segura de que sería todo muy diferente.
Como siempre, llegas tarde.
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