Manda huevos...
Eres tan sumamente idiota, engreído, inseguro e hipócrita contigo mismo que lo intentas pagar a toda costa con quien menos se lo merece.
Con ella que da la vida por ti, que se contiene, que te redime de tus pecados una y otra vez, que hace la vista gorda aun sintiendo el dolor más profundo y que a pesar de t.o.d.o te quiere. No se merece que semejante imbécil con aires de superioridad donde no los hay, le amargue la existencia de esta manera.
Si pudiera entrar por un momento en su cuerpo y decirte todo lo que de verdad te mereces, créeme que lo haría y aun así seguro que me quedaría corta.

No he odiado nunca antes pero contigo estoy aprendiendo a hacerlo. Me das pena, asco y lástima porque la rabia me la guardo para poner todo mi empeño en enseñarle a ella una realidad bien diferente, otra en la que tú no existes. Esa en la que vivía tan bien antes de haberte conocido como el monstruo que eres.
Me da igual que se enfade conmigo porque sé que lo terminará leyendo tarde o temprano. Tal vez no haga comentario alguno al respecto o tal vez tengamos más que palabras por el miedo absurdo que le provocas.
Eso NO es amor. Vivir amargado a expensas de un temor diario que no te deja vivir, es de todo menos bueno.
Si supiera que iba a servir de algo, te prometo que empezaría a rezar desde hoy. Ojalá y lo dejes pronto para que puedas recuperar esa vida que tenías antes y que ya apenas recuerdas. Ojalá sepas ver que lo único que deseo es tu bien y él no puede dártelo, sobre todo porque de algo tan ruin no puede salir nada bueno.
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