
¿Qué hago? ¿Opto por dejarte la libertad de hacer conmigo lo que quieras, de quererme a tu manera aunque eso suponga rendirme y estar totalmente a tu merced?
No... no es justo, sobre todo porque sería yo la que acabaría luchando contra los dos. Contra tí y ese poder que ejerces sobre mi y contra mí y la absurda idea de que algún día te darás cuenta de que puedo ser yo.
No soy capaz de entender como me dices que soy especial, que puedes hablar conmigo como con ninguna, que te gusto, que funcionamos en todos los aspectos e incluso que si a día de hoy tuvieras que tener una novia, ésa sería yo. Con la misma velocidad con la que me haces flotar, caigo de bruces contra la realidad... No quieres un compromiso aunque esto ya lo parezca.
¿Crees que serás lo suficientemente valiente cómo para decidirte antes de que me canse? Porque te aviso desde ya que de nada sirve que me lo reconozcas si después terminas por salir huyendo.
Sé que llegará el día en el que uno de los dos tome su camino y tan sólo espero que no sea yo la que se quede sentada viéndote marchar. Tengo que empezar a ser egoísta por una vez en mi vida y este es un buen momento para ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario