No bordeamos ni la cordura y ya nos acercamos más a la demencia. A tu demencia.
Vamos borrando frases de un amor licuado entre el desvarío y la compostura. Mantienes el silencio, el desconcierto y el desenchufe total. Falta de conexión, dirían otros...
¿Qué opinarías si mientras espero tu regreso, compartes mis labios? Muchas noches han pasado y no han acabado. Tu frío me está envenenando y nuestro presente quedándose sin tinta. Sin tinta, ni bolígrafo para escribir que aún te sigo amando.
Amo tus labios cuando les inyectas calor y me besas, amo tus ojos ausentes, amo tus palabras duras, amo tu inteligencia más que experta en escapar.
Y a la vez odio, odio que me hagas sentir miserable por no entender que sucede, odio tus huídas, odio tus críticas, odio que me tomes por tonta, odio el no haber sabido llegar hasta ti..."
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