
Te echo de menos. Es algo que no puedo controlar.
Es más, ahora que tan mal me siento, tan sólo pienso en ti. En refugiarme en esos abrazos tuyos que me gustan tanto. Porque aunque no lo creas (porque incluso a mí aún me cuesta) eres ese bálsamo que con tan sólo una mirada me ayuda a seguir.
Me das una calma que en otras personas echo en falta.
Es esa calma que necesito la que está en ti.
Supongo que será por eso que cuando peor me siento, te conviertes en mi referente. Supongo que aunque me dé miedo tan siquiera reconocerlo, eres muy importante para mi.
Sé de buena tinta que nunca te lo he dicho, entre otras cosas porque sabes lo mucho que me cuesta. Pero también espero que sepas todo lo que significas en mi mundo.
Es ahora que no "te tengo" cuando me asfixio al pensar que ya no estás. Estás cerca sí, y sé que si te llamo o te doy el mínimo toque de atención, estarás pendiente de mi pero... me da miedo pensar que no como antes.
Y no te asustes, no es que aspire a ser especial, porque con que tú lo seas para mí me conformo. Lo único es que espero tenerte siempre.
Porque una vez que se te conoce "así", es muy complicado dejarte escapar.