¿Podré encontrar a alguien que me quiera como yo quiero?
Yo quiero de verdad, con toda mi alma. Entregándome de una manera desmesurada y dándolo todo sin pedir casi nada a cambio ¿qué es lo que falla entonces? Porque lo más probable es que no te paguen con la misma moneda...
Sé lo que es sentirte frustrada porque lo has intentado todo para ser perfecta para él y, aún así, no lo has conseguido. Todo tu esfuerzo ha sido en vano y ha acabado en el cubo de la basura, junto con tus ganas de agradar y de sentirte plena y amada. Con tus ganas de un futuro a su lado que tan sólo se queda en sueños e ideas tontas de adolescente.
Es así como me siento realmente, casi como una adolescente. Perdida, desorientada hasta tal punto que no sé tan siquiera por donde empezar.
Siento que no supe llenarlo como mujer, que a pesar de mi esfuerzo y buena fé nunca le bastó, nunca le fui suficiente... ¿Por qué no me dejaba marchar? ¿por qué entonces, hasta el último momento quiso hacerme creer que podía llegar hasta él?
Verdaderamente me siento mal, estoy agotada de encerrarme en mi habitación y llorar sin motivo. Llorar porque me siento menos que nada, porque él me ha hecho sentir así y porque incluso quise echarme a mí misma toda la culpa.
Me cansa llorar porque nunca he sido así pero cuando pienso que he dado 2 años de mi vida para nada, no lo puedo evitar.
Siempre me he caracterizado por ser la chica de las relaciones largas, siempre he tenido novio y supongo que no me es fácil aceptar que por esta vez, soy yo la que no consigue lo previsto.
Siempre que empiezo algo es con un fin, una meta, unas ilusiones que compartir con la otra persona y esto lo digo porque una vez que me enamoro, lo hago hasta las trancas. Eso es lo malo, que no consigo ser como las demás y mirar con una cierta distancia. No, yo me lanzo al vacío y sin miedo a que no haya red que amortigüe la caída.
Desde hace tiempo no paro de caer, es más, creo que ya he tocado fondo. Lo peor de todo es que, aún sabiéndolo, jamás me sentí liberada. Pesa sobre mí una losa enorme que casi no me deja respirar.
Te he querido tanto... que duele. No sé que voy a hacer ni quien me ayudará a salir de este pozo, sólo sé que tu no me haces bien. Que no has dudado un instante en cambiarme por otras cuando yo sólo vivía para rendirte pleitesía y que todas tus promesas cayeron en el olvido cuando, fuiste tú el que olvidó el amor que me unió a ti.
Jamás dejaste a un lado tu orgullo pero sí que te encargaste de pisotear el mío y con él, mis fuerzas, mi autoestima y mi capacidad de razonar. Supiste bien como manejarme y en todo momento creí tus mentiras. En todo momento soñaba con que algo de lo que me decías fuese verdad...
Hoy por hoy me da miedo empezar algo nuevo, da pánico volver a confiar porque no quiero volver a experimentar la misma rabia, dolor y frustración. No es justo y sé que no me lo merezco.
Todo ésto que me pasa es culpa tuya. Yo tal vez tenga que ver, ya que hace mucho tiempo que debería haber cortado por lo sano pero, que no te quepa duda que el que se encargó de destruir lo nuestro fuiste tú, con tus engaños y mentiras.
Y de una cosa estoy segura, yo ésto no me lo merezco, al igual que tú no me mereces a mí.